
"Pero aquí no importa tanto los nombres que reciben los actores en conflicto, lo que importa es que la política argentina parece especializarse en crear cíclicamente enemigos irreconciliables. O sea, la política de tratar al otro como enemigo es siempre más poderosa que la de tratarlo como amigo. Los países se construyen sobre lazos de amistad e identidad entre sus miembros que van más allá de las diferencias."leer más>
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